"Fue un chute de adrenalina", dijo Cat Jones, una joven de 22 años, ingeniera, que viajó desde Nueva York a Petersburg (Virginia) para correr delante de los astados. Jones dijo que le gustó tanto la experiencia de la mañana que pagó 30 dólares para correr, de nuevo, por la tarde.
Los primeros seis encierros fueron realizados cada uno con unos500 mozos, perseguidos por doce toros. El último contó con 24 astados y unos 700 corredores.
Unas 8.000 personas acudieron a ver los encierros, según Rob Dickens, cofundador y gerente de la firma Great Bull Run, con sede en Boston. La mayoría de quienes se apuntaron tenían entre 18 y 40 años, y un 40% eran mujeres. Pero no todo fueron experiencias positivas en la carrera. Dos mozos tuvieron que ser trasladados al hospital con contusiones
Los primeros seis encierros fueron realizados cada uno con unos500 mozos, perseguidos por doce toros. El último contó con 24 astados y unos 700 corredores.
Unas 8.000 personas acudieron a ver los encierros, según Rob Dickens, cofundador y gerente de la firma Great Bull Run, con sede en Boston. La mayoría de quienes se apuntaron tenían entre 18 y 40 años, y un 40% eran mujeres. Pero no todo fueron experiencias positivas en la carrera. Dos mozos tuvieron que ser trasladados al hospital con contusiones
0 comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante para mi. Gracias por seguirme.