La nueva Ley de Seguridad Privada aprobada en el congreso representa un
paso más hacia la represión de nuestra libertad individual. Hacia la
dictadura global que, paso a paso, va asentando sus bases legales en
medio de la desesperante y desconcertante atonía general de la
población.
Mucho se ha hablado y escrito sobre el tema estos últimos días y no vamos a redundar en opiniones al respecto.
Más allá de los detalles circunstanciales de la ley, el concepto clave
es que se abre la puerta a poner en manos privadas todas y cada una de
las funciones propias de los cuerpos policiales.