Una actualización de la aplicación para Google Glass MyGlass permitirá a los usuarios controlar las gafas de realidad aumentada a través de dispositivos Android. Con esta actualización, pretenden que los usuarios puedan activar con mayor precisión algunas de las funciones de Glass, como la activación por voz o aquellas funciones que se activen desde las gafas con movimientos de cabeza.
Los desarrolladores continúan trabajando en Google Glass para que en el momento de su lanzamiento, los usuarios finales puedan disfrutar de las máximas prestaciones posibles. Además de las apps anunciadas que harán su aparición en las gafas de realidad aumentada de Google, como la app de Twitter o del diario The New York Times, el equipo de desarrolladores de la compañía estadounidense sigue mejorando la app MyGlass, que permite manejar y configurar las gafas de Google.
Google Glass permite a los usuarios interactuar directamente con las gafas a través de comandos de voz o gestos con la cabeza. Sin embargo, en algunos momentos, como por ejemplo a la hora de navegar por Internet, o simplemente por que las gafas no terminen de ajustarse bien, estos comandos pueden no ser de todo efectivos. Por ese motivo, el equipo de Google Glass ha añadido una mejora que soluciona estos problemas.
Una actualización en la app MyGlass permite controlar Google Glass a través de un dispositivo Android. Así, los usuarios podrán tocar, deslizar el dedo por la pantalla del teléfono para moverse por la interfaz de usuario de Glass, lo que solucionaría alguno de los problemas actuales. Incluso, de esta forma la navegación por Internet sería más fácil y rápida.
Para aquellos usuarios que cuentan con Google Glass ya pueden descargar la actualización de la app MyGlass y comenzar a probar la sincronización de dispositivos.
domingo, 8 de septiembre de 2013
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EN ATENAS UN RESTAURANTE ONLINE CONECTA A LOS COCINILLAS CON LOS GOURMETS
Unos cocinan con pasión, a otros les encanta comer bien pero no entienden de fogones o no tienen tiempo para preparar un menú. Unir las dos ideas ha sido la fuente de inspiración de un nuevo restaurante online surgido en medio de la vapuleada Grecia.
Cookisto.com, una plataforma de internet nacida hace un año en Atenas, brinda a personas que no desean cocinar y están hartas de la comida rápida pero gustan de mimar su paladar la posibilidad de disfrutar de menús caseros preparados por cocineros aficionados que quieren compartir sus platos.
La plataforma, creada hace un año por Mijalis Gontas, un joven emprendedor griego de 26 años, funciona siguiendo el sistema de otros muchos mercados online.
El cliente se registra en la plataforma y a partir de allí elige entre los 1.300 cocineros que ofrecen algunas raciones del plato que vayan a preparar para sí mismos o sus familias ese día.
Una vez elegido el plato y el cocinero -lo lógico es que escoja a alguno cerca de su casa o del lugar de trabajo-, mete su producto en la cesta virtual, paga y acuerda hora y lugar de entrega.
Berenjenas al parmesano, tomates y pimientos rellenos con carne picada y arroz, cerdo al horno a las mil especias, 'pasticcio' (una especie de lasaña de macarrones griega) o la clásica musaká. Todos los días el cliente puede elegir el plato que más le atraiga del recetario habitual heleno.
"La idea me surgió estando todavía en secundaria, pero entonces me pareció descabellada. Cuando empecé a estudiar, conocí el mundo de los emprendedores y de la llamada economía del compartir, en la que puedes alquilar una casa ajena o el coche del vecino, y así entendí que mi idea no era tan alocada", explica Gontas a Efe.
Nada más regresar a Grecia de hacer varios máster en el extranjero, que le llevaron a Francia, China y Estados Unidos, Gontas decidió llevar a la práctica lo que ya había sido tema de su tesina.
En un año, el pequeño equipo de cinco personas que conforman esta empresa ha logrado captar a 12.853 clientes y contar con la colaboración de 1.286 cocineros, todo ello solo en Atenas.
Atenas es buen mercado, explica Gontas, porque hay un gran intercambio social, y es que cookisto.com pretende ser, más que un restaurante online, una red social.
"Algunos cocineros lo hacen para sacarse algún dinerillo, pero para muchos es más importante el elemento social, encontrar gente que reconozca tu arte culinario", añade Gontas, para quien, por supuesto, la empresa no es un mero hobby, sino la fuente de sus ingresos.
Al igual que en otros mercados online, el comprador paga una pequeña comisión por cada artículo que adquiere.
De esas comisiones vive la empresa, y, según este joven emprendedor, lo suficientemente bien -por o a pesar de la crisis- como para exportar la idea a otro país.
"En breve abrimos en Londres, que es un mercado muy fuerte porque tiene mucha cultura gastronómica y más penetración en el mundo de internet que Grecia", relata Gontas a Efe.
La red de cocineros se ha ido forjando casi sola. Los mejores promotores son los propios cocinillas; uno recomienda a un vecino, éste a un amigo, y así suma y sigue.
"Yo empecé en Cookisto, porque después de tener que dejar de trabajar para dedicarme a criar a mis tres hijos, empecé a cocinar todos los días y me di cuenta de que siempre me sobraba comida", cuenta Marilena, una de las cocineras de esta red ateniense.
Marilena explica que buscando solución a qué hacer con tanta comida y decidida a hacer algo, empezó a navegar en internet en busca de algún proyecto que le ofreciera alguna solución.
"Lo primero que me surgió fue esta página de Cookisto, y me pareció una idea magnífica", explica.
Ella evidentemente no lo hace por dinero. Vive en un barrio de clase media alta, algo alejado del centro.
Sus clientes, dice, son sobre todo personas que trabajan en alguna de las muchas oficinas que hay a su alrededor.
En lugar de salir a comer, algo cada vez más complicado en el sexto año de crisis, o de comprar algo en un establecimiento de cocina rápida, optan por quedarse en la oficina y comer algo casero.
"Suelo preparar platos entre tres y cuatro veces por semana. Como mis clientes están todos en un radio de un kilómetro y medio, se lo acerco un momento en coche a una hora acordada", relata Marilena.
Hoy ha preparado algo sencillo, veraniego y no precisamente el plato nacional griego: un tabulé, la tradicional ensalada árabe a base de perejil y cuscús.
Termina la ensalada y la envasa en recipientes de aluminio. Los cierra y con un rotulador escribe: "Que aproveche, Kostas".
Cookisto.com, una plataforma de internet nacida hace un año en Atenas, brinda a personas que no desean cocinar y están hartas de la comida rápida pero gustan de mimar su paladar la posibilidad de disfrutar de menús caseros preparados por cocineros aficionados que quieren compartir sus platos.
La plataforma, creada hace un año por Mijalis Gontas, un joven emprendedor griego de 26 años, funciona siguiendo el sistema de otros muchos mercados online.
El cliente se registra en la plataforma y a partir de allí elige entre los 1.300 cocineros que ofrecen algunas raciones del plato que vayan a preparar para sí mismos o sus familias ese día.
Una vez elegido el plato y el cocinero -lo lógico es que escoja a alguno cerca de su casa o del lugar de trabajo-, mete su producto en la cesta virtual, paga y acuerda hora y lugar de entrega.
Berenjenas al parmesano, tomates y pimientos rellenos con carne picada y arroz, cerdo al horno a las mil especias, 'pasticcio' (una especie de lasaña de macarrones griega) o la clásica musaká. Todos los días el cliente puede elegir el plato que más le atraiga del recetario habitual heleno.
"La idea me surgió estando todavía en secundaria, pero entonces me pareció descabellada. Cuando empecé a estudiar, conocí el mundo de los emprendedores y de la llamada economía del compartir, en la que puedes alquilar una casa ajena o el coche del vecino, y así entendí que mi idea no era tan alocada", explica Gontas a Efe.
Nada más regresar a Grecia de hacer varios máster en el extranjero, que le llevaron a Francia, China y Estados Unidos, Gontas decidió llevar a la práctica lo que ya había sido tema de su tesina.
En un año, el pequeño equipo de cinco personas que conforman esta empresa ha logrado captar a 12.853 clientes y contar con la colaboración de 1.286 cocineros, todo ello solo en Atenas.
Atenas es buen mercado, explica Gontas, porque hay un gran intercambio social, y es que cookisto.com pretende ser, más que un restaurante online, una red social.
"Algunos cocineros lo hacen para sacarse algún dinerillo, pero para muchos es más importante el elemento social, encontrar gente que reconozca tu arte culinario", añade Gontas, para quien, por supuesto, la empresa no es un mero hobby, sino la fuente de sus ingresos.
Al igual que en otros mercados online, el comprador paga una pequeña comisión por cada artículo que adquiere.
De esas comisiones vive la empresa, y, según este joven emprendedor, lo suficientemente bien -por o a pesar de la crisis- como para exportar la idea a otro país.
"En breve abrimos en Londres, que es un mercado muy fuerte porque tiene mucha cultura gastronómica y más penetración en el mundo de internet que Grecia", relata Gontas a Efe.
La red de cocineros se ha ido forjando casi sola. Los mejores promotores son los propios cocinillas; uno recomienda a un vecino, éste a un amigo, y así suma y sigue.
"Yo empecé en Cookisto, porque después de tener que dejar de trabajar para dedicarme a criar a mis tres hijos, empecé a cocinar todos los días y me di cuenta de que siempre me sobraba comida", cuenta Marilena, una de las cocineras de esta red ateniense.
Marilena explica que buscando solución a qué hacer con tanta comida y decidida a hacer algo, empezó a navegar en internet en busca de algún proyecto que le ofreciera alguna solución.
"Lo primero que me surgió fue esta página de Cookisto, y me pareció una idea magnífica", explica.
Ella evidentemente no lo hace por dinero. Vive en un barrio de clase media alta, algo alejado del centro.
Sus clientes, dice, son sobre todo personas que trabajan en alguna de las muchas oficinas que hay a su alrededor.
En lugar de salir a comer, algo cada vez más complicado en el sexto año de crisis, o de comprar algo en un establecimiento de cocina rápida, optan por quedarse en la oficina y comer algo casero.
"Suelo preparar platos entre tres y cuatro veces por semana. Como mis clientes están todos en un radio de un kilómetro y medio, se lo acerco un momento en coche a una hora acordada", relata Marilena.
Hoy ha preparado algo sencillo, veraniego y no precisamente el plato nacional griego: un tabulé, la tradicional ensalada árabe a base de perejil y cuscús.
Termina la ensalada y la envasa en recipientes de aluminio. Los cierra y con un rotulador escribe: "Que aproveche, Kostas".
JOVEN DE 21 AÑOS CREA NUEVO DISEÑO PARA SERVIR LAS HAMBURGUESAS
Un joven estudiante de diseño, ha pensado y llevado a cabo un nuevo —y estupendo— diseño para servir los menús de bebida, hamburguesa y papas frtas, que reduce el volumen de los residuos y es absolutamente funcional y práctico.
Se trata de Robert Bye que en su web explica paso a paso como partió desde el modelo inicial de McDonald’s para, dándole vueltas y tras un buen número de bocetos, llegar a un único envase o packaging para servir un Big Mac Meal, en lugar de uno para cada producto.A día de hoy no nos consta que su diseño se haya llevado a la práctica o haya sido asumido por ninguna cadena de hamburguesas, pero desde luego tiene muchísimo mérito, ya que el diseño de este muchacho londinense de 21 años, aúna la belleza de lo simple con la buena presentación, además de resultar ecológico al gastar menos papel y cartón que los que se utilizan hasta ahora.
Teniendo en cuenta que el envase pesa 28 gr en lugar de los 50 del actual y que además es sencillo de aplastar y ocupa menos volumen que el anterior, ¿qué les parece este nuevo diseño para servir las hamburguesas de McDonald’s? Hay que reconocerle a Robert Bye su mérito por la creación.
Se trata de Robert Bye que en su web explica paso a paso como partió desde el modelo inicial de McDonald’s para, dándole vueltas y tras un buen número de bocetos, llegar a un único envase o packaging para servir un Big Mac Meal, en lugar de uno para cada producto.A día de hoy no nos consta que su diseño se haya llevado a la práctica o haya sido asumido por ninguna cadena de hamburguesas, pero desde luego tiene muchísimo mérito, ya que el diseño de este muchacho londinense de 21 años, aúna la belleza de lo simple con la buena presentación, además de resultar ecológico al gastar menos papel y cartón que los que se utilizan hasta ahora.
2 JÓVENES EMPRENDEDORES FABRICAN UNA CERVEZA A GUSTO DEL PÚBLICO BRUSELENSE
Dos jóvenes economistas, uno francés, Sébastien Morvan y otro belga Olivier de Brauwere, han creado en el país de la cerveza una nueva a medida del público de Bruselas, al que ofrecieron durante semanas una degustación de cuatro prototipos de fabricación casera.
La rubia amarga de seis grados que prefirió la clientela de la capital europea ha mantenido el nombre de prueba, "Delta", y lleva una sencilla etiqueta negra y verde en la que se lee "Brussels Beer Project", como estos dos emprendedores han bautizado a su proyecto por su espíritu de evolución y adaptación constante.
Puede encontrarse por el momento en poco más de una decena de establecimientos de Bruselas y un par de tiendas especializadas, pero sus creadores confían en que el boca a oreja y las redes sociales hagan el resto.
"Delta es una mezcla de tradición e ingredientes belgas y sabores afrutados de países exóticos. Solo olerla te permite viajar muy lejos", asegura Morvan en declaraciones a Efe.
"Huele como el cielo, amarga como el infierno" fue el eslogan que estos dos economistas eligieron para promocionar este prototipo, que competía con dos tostadas (Alpha y Beta) y una negra con sabor a cereza (Gamma).
Quieren huir de la producción industrial masiva de cerveza y establecer una fábrica a menor escala, pero con la última tecnología, que les permita lograr un sabor 100 % natural y una calidad superior.
Mimo, dedicación, colaboración y creatividad son algunos de los aromas que intentarán infundir a un producto que aún tiene mucho camino por recorrer, y con el que esperan llegar a otros países, explican.
"Si no exportas no sobrevives", asegura Morvan, y adelanta que el siguiente movimiento que tienen en mente es introducir Delta en algunos establecimientos de París y probablemente Barcelona o Madrid el próximo año.
Reconoce, no obstante, que la expansión a mayor escala es de momento un sueño futuro y que ahora deben concentrarse en reunir los mil millones de euros que calculan que necesitan para consolidar el negocio.
Hasta ahora les han bastado sus ahorros y el "love money", como llaman al dinero procedente del cariño de la familia y los amigos, pero ya tienen una segunda y una tercera etapa prevista para la financiación del proyecto, aunque se niegan de momento a recoger sus ideas en un plan de negocio de 200 páginas a la vieja usanza.
El cada vez más popular "crowdfunding" o micromecenazgo es su siguiente paso: tienen previsto ofrecer un "bono para toda la vida" en cerveza a cambio de una contribución anónima ahora que necesitan más apoyo.
Desde el lanzamiento oficial de Delta el jueves, todos los interesados puede encontrar en su página web www.beerproject.be las indicaciones para hacer su aportación.
La última fase tendrá que pasar irremediablemente por el crédito bancario, afirma Morvan, quien espera poder limitar este tipo de financiación a la adquisición de maquinaria necesaria para establecer la fábrica.
Hasta entonces, Delta seguirá siendo elaborada en las instalaciones de Bart Durlet, que comparte sector y ahora amistad con estos dos jóvenes, tras surgir directamente del garaje de Olivier de Brauwere, quien parece predestinado al oficio por su apellido, que suena como "cervecería" en flamenco ("brouwerij").
"Fabricamos la cerveza en mi casa. Compramos un equipo pequeño, de 30 litros, para probar las distintas recetas, mezclar distintos tipos de lúpulo y cereales, hacer infusiones de especias...", explica a Efe de Brauwere.
"Mi mujer no fue la persona más feliz del mundo por los olores que genera la fabricación de cerveza, que a mí me encanta", confiesa.
Como objetivo para el primer año de rodaje se fijan la producción de 120.000 botellas, unos 400 hectolitros de cerveza, lo que, producido a pequeña escala, suena a costoso y caro.
"No es un proceso fácil. Con la fermentación, producir Delta lleva unas seis semanas", señala Morvan, quien tuvo que ponerse al día contrarreloj, como su compañero, en las técnicas de fabricación.
Quieren seguir plenamente implicados en la fabricación del producto, y no contemplan subcontratar un fabricante y encargarse en exclusiva de gestionar el negocio, pese a lo que pueda sugerir su formación en economía y empresariales.
Tienen claro, sin embargo, que lo suyo tampoco es quedarse en un negocio local a pequeña escala, y sueñan con el día en el que tengan empleados a su cargo y cuenten con los recursos para expandirse.
"Era ahora o nunca. Lo hemos dejado todo y ahora no hay marcha atrás", afirma este bretón, que abandonó un empleo seguro en una multinacional y cambió su lugar de residencia por tachar una línea de su lista de "cosas que hacer antes de los treinta".
La rubia amarga de seis grados que prefirió la clientela de la capital europea ha mantenido el nombre de prueba, "Delta", y lleva una sencilla etiqueta negra y verde en la que se lee "Brussels Beer Project", como estos dos emprendedores han bautizado a su proyecto por su espíritu de evolución y adaptación constante.
Puede encontrarse por el momento en poco más de una decena de establecimientos de Bruselas y un par de tiendas especializadas, pero sus creadores confían en que el boca a oreja y las redes sociales hagan el resto.
"Delta es una mezcla de tradición e ingredientes belgas y sabores afrutados de países exóticos. Solo olerla te permite viajar muy lejos", asegura Morvan en declaraciones a Efe.
"Huele como el cielo, amarga como el infierno" fue el eslogan que estos dos economistas eligieron para promocionar este prototipo, que competía con dos tostadas (Alpha y Beta) y una negra con sabor a cereza (Gamma).
Quieren huir de la producción industrial masiva de cerveza y establecer una fábrica a menor escala, pero con la última tecnología, que les permita lograr un sabor 100 % natural y una calidad superior.
Mimo, dedicación, colaboración y creatividad son algunos de los aromas que intentarán infundir a un producto que aún tiene mucho camino por recorrer, y con el que esperan llegar a otros países, explican.
"Si no exportas no sobrevives", asegura Morvan, y adelanta que el siguiente movimiento que tienen en mente es introducir Delta en algunos establecimientos de París y probablemente Barcelona o Madrid el próximo año.
Reconoce, no obstante, que la expansión a mayor escala es de momento un sueño futuro y que ahora deben concentrarse en reunir los mil millones de euros que calculan que necesitan para consolidar el negocio.
Hasta ahora les han bastado sus ahorros y el "love money", como llaman al dinero procedente del cariño de la familia y los amigos, pero ya tienen una segunda y una tercera etapa prevista para la financiación del proyecto, aunque se niegan de momento a recoger sus ideas en un plan de negocio de 200 páginas a la vieja usanza.
El cada vez más popular "crowdfunding" o micromecenazgo es su siguiente paso: tienen previsto ofrecer un "bono para toda la vida" en cerveza a cambio de una contribución anónima ahora que necesitan más apoyo.
Desde el lanzamiento oficial de Delta el jueves, todos los interesados puede encontrar en su página web www.beerproject.be las indicaciones para hacer su aportación.
La última fase tendrá que pasar irremediablemente por el crédito bancario, afirma Morvan, quien espera poder limitar este tipo de financiación a la adquisición de maquinaria necesaria para establecer la fábrica.
Hasta entonces, Delta seguirá siendo elaborada en las instalaciones de Bart Durlet, que comparte sector y ahora amistad con estos dos jóvenes, tras surgir directamente del garaje de Olivier de Brauwere, quien parece predestinado al oficio por su apellido, que suena como "cervecería" en flamenco ("brouwerij").
"Fabricamos la cerveza en mi casa. Compramos un equipo pequeño, de 30 litros, para probar las distintas recetas, mezclar distintos tipos de lúpulo y cereales, hacer infusiones de especias...", explica a Efe de Brauwere.
"Mi mujer no fue la persona más feliz del mundo por los olores que genera la fabricación de cerveza, que a mí me encanta", confiesa.
Como objetivo para el primer año de rodaje se fijan la producción de 120.000 botellas, unos 400 hectolitros de cerveza, lo que, producido a pequeña escala, suena a costoso y caro.
"No es un proceso fácil. Con la fermentación, producir Delta lleva unas seis semanas", señala Morvan, quien tuvo que ponerse al día contrarreloj, como su compañero, en las técnicas de fabricación.
Quieren seguir plenamente implicados en la fabricación del producto, y no contemplan subcontratar un fabricante y encargarse en exclusiva de gestionar el negocio, pese a lo que pueda sugerir su formación en economía y empresariales.
Tienen claro, sin embargo, que lo suyo tampoco es quedarse en un negocio local a pequeña escala, y sueñan con el día en el que tengan empleados a su cargo y cuenten con los recursos para expandirse.
"Era ahora o nunca. Lo hemos dejado todo y ahora no hay marcha atrás", afirma este bretón, que abandonó un empleo seguro en una multinacional y cambió su lugar de residencia por tachar una línea de su lista de "cosas que hacer antes de los treinta".
IRÁN ESTUDIA SI USAR FACEBOOK Y TWITTER ES UN PECADO
Ante el gusto de algunos políticos encontraron recientemente por las redes sociales, las autoridades iraníes están estudiando si el uso de Facebook y Twitter, oficialmente bloqueados en Irán, estaría permitido tanto desde el punto de vista religioso como jurídico, informó hoy la agencia de noticias Fars.
La base de la controversia es el uso de las redes sociales por parte de algunos políticos. Entre otros, un estrecho hombre de confianza del presidente Hasan Rohani abrió una cuenta en Twitter a su nombre, mientras que el ministro del Exterior, Mohamed Yawad Sarif, es considerado un apasionado seguidor de ambas redes. El clero ultraconservador está estudiando ahora si la práctica es anti islámica y supone "pecado", mientras la vicepresidenta en cuestiones legales, Elham Aminsadeh, recibió el encargo de investigar si está legalmente permitido utilizar Facebook o Twitter.
También la portavoz del Ministerio de Exteriores, Marsieh Afcham, posee una cuenta en Facebook a través de la que informa sobre las posiciones y opiniones de los iraníes y responde preguntas.
La cuestión jurídica es controvertida y las leyes son ambiguas al respecto. Pues aunque no está oficialmente prohibido tener un usuario en una red social, sí lo está el uso de túneles de datos seguros cerrados como VPN (Virtual Private Networks).
En Irán el acceso a Twitter y Facebook está oficialmente bloqueado, por lo que sólo es posible mediante VPN. Se calcula que hay más de 20 millones de miembros de las dos redes sociales que lo utilizan en el país.
La base de la controversia es el uso de las redes sociales por parte de algunos políticos. Entre otros, un estrecho hombre de confianza del presidente Hasan Rohani abrió una cuenta en Twitter a su nombre, mientras que el ministro del Exterior, Mohamed Yawad Sarif, es considerado un apasionado seguidor de ambas redes. El clero ultraconservador está estudiando ahora si la práctica es anti islámica y supone "pecado", mientras la vicepresidenta en cuestiones legales, Elham Aminsadeh, recibió el encargo de investigar si está legalmente permitido utilizar Facebook o Twitter.
También la portavoz del Ministerio de Exteriores, Marsieh Afcham, posee una cuenta en Facebook a través de la que informa sobre las posiciones y opiniones de los iraníes y responde preguntas.
La cuestión jurídica es controvertida y las leyes son ambiguas al respecto. Pues aunque no está oficialmente prohibido tener un usuario en una red social, sí lo está el uso de túneles de datos seguros cerrados como VPN (Virtual Private Networks).
En Irán el acceso a Twitter y Facebook está oficialmente bloqueado, por lo que sólo es posible mediante VPN. Se calcula que hay más de 20 millones de miembros de las dos redes sociales que lo utilizan en el país.
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