El fármaco consiste en un inhibidor HDAC2, el que consigue que la memoria sea más maleable en determinadas condiciones. Para probar su efectividad, los profesionales fabricaron malos recuerdos a los ratones. Les enseñaron que si pisaban una zona de su jaula recibirían una descarga eléctrica.
Tras repetir la descarga muchas veces, el cerebro de los animales grababa esta advertencia y no se volvían a acercar a la zona peligrosa. Esto, hasta que les daban el medicamento. Entonces, olvidaron todo lo aprendido y volvieron a repetir el mismo acto que les causaba daño.
Sin embargo, este invento tiene una limitación. Sólo borra las malas experiencias que ocurrieron 24 horas antes de consumir el medicamento. Por lo tanto, no sería efectivo para tratar de superar traumas de la infancia cuando la persona ya es adulta, precisaron los científicos.
Un fármaco probado contra el cáncer
El medicamente utilizado en el experimento no es desconocido para los médicos. Algunos pertenecen a la familia de los inhibidores de la HDAC2 que están autorizados para el tratamiento del cáncer. Los autores del estudio creen que vale la pena probarlo en un ensayo clínico frente al síndrome de estrés postraumático.
Este último cuadro agrupa los problemas de angustia y ansiedad que genera el vivir una experiencia difícil. Los investigadores también confían en que podrían ser útiles en el tratamiento de fobias y otros trastornos de la ansiedad.
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