Carlos Pérez, Manuel Moure, Antonio Blanco, Orlando González, José
Luis Arias y Roberto Álvarez, son los nombres de los seis fallecidos. El
héroe de la Pola no pudo salvar a sus compañeros que se quedó dentro
del pozo para ver si podía rescatar a alguno de los que se habían
quedado abajo.
Orlando González es uno de los mineros que ayer perdió la vida en la mina de León. Pudo salir, pero se quedó para intentar ayudar a sus compañeros. Llevaba en la mina ya más de 10 años de los 44 que tenía. Era un minero muy conocido pues había participado en la última Marcha Negra. Vivía con su madre en el pueblo, aunque él y su familia son del pequeño pueblo de Paradilla. Su hermano vive en Geras y hoy ha perdido a un hermano aunque sabe que la zona ha ganado un héroe. Un consuelo menor, sí, pero un recuerdo que no se borrará mientras haya un minero que baje a la mina. Orlando estaba soltero y llevaba más de doce años trabajando en la mina, jugándose la vida y sabiendo que en esta profesión el compañero es un amigo, un aliado al quehay que salvar. Aunque cueste la vida. Los vecinos de La Pola no le olvidarán.
Carlos Pérez, Manuel Moure, Antonio Blanco, Orlando González, José Luis Arias y Roberto Álvarez, son los nombres de los seis fallecidos que ha dejado el accidente del Pozo Emilio del Valle de la empresa Hullera Vasco Leonesa y que se suma a la triste lista de víctimas de la mina. Seis vidas arrancadas de golpe y que dejan marcadas para siempre a sus familias.
"Se han ido seis grandes hombres y seis grandes personas. Mineros", era la frase más repetida en un pueblo, el de la Pola de Gordón sumido en el llanto y en el abrazo. Siempre había alguien hoy con quien consolarse de la tragedia. Un día negro en la historia de esta localidad que estará orgullosa de estos seis mineros que hoy dijero adiós y sobretodo de uno: de Orlando. El hombre que sa salvó de inicio de la muerte, pero que se quedó en la mina para salvar la vida a sus compañeros. En su valentía y en su gesto encontró la muerte.
Manuel Moure era de Ciñera de Gordón. De familia minera, tenía 39 años y acababa de ser padre de una niña hace escasas semanas. Un hecho que ha dejado totalmente desechos a familiares y amigos.
Era una apasionado de la montaña, una afición que compartía con su mujer. El caso de Manuel es el que más ha conmocionado a una opinión pública que ve a una familia recién formada rota en segundos, porque los mineros han muerto en solo unos instantes.
De Robles de la Valcueva (Matallana del Torío) era Antonio Blanco, de 42 años. Casado y con una niña, vivía en León pero casi a diario subía a su pueblo. Le quedaba muy poco para prejubilarse y poder disfrutar a tiempo completo de su mujer y su hija. De joven, empezó a trabajar ayudando a su padre que era pintor, pero pronto dejó la brocha y empezó a trabajar en la mina, como su hermano, que también trabajó en la Hullera Vasco Leonesa. La vida no le ha dejado disfrutar de todo lo luchado. Una vez más ha sido cruel.
La consternación también llegó a la localidad de Fontanos, del municipio de Garrafes del Torío. De allí era Roberto Álvarez que, con sólo 35 años, era el más joven de los fallecidos. “Era un chaval estupendo”, aseguran sus vecinos, que todavía no se creen lo ocurrido y lamentan la situación en la que queda su mujer, con dos hijos pequeños, una niña de dos años y un bebé que nació este verano.
El único de los fallecidos del accidente del Pozo Emilio del Valle que no era de la provincia de León es José Luis Arias, un asturiano casado y con dos hijos que era natural del concejo de Pola de Lena y que se había trasladado para poder seguir trabajando en la minería. Todos ellos serán recordados para siempre en la Mina del Pozo Emilio del Valle. Como este día, 28 de octubre, que ya está marcado con letras negras, de luto, en la historia de la minería española.
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