¿Qué es lo que hace que unas personas tengan un
matrimonio más feliz que el de otros? Investigadores de la Universidad
de Berkeley en California y de la Universidad del Noroeste han
encontrado una pista en nuestro ADN. Un gen involucrado en la regulación
de la serotonina que puede predecir qué tanto las emociones afectan
nuestras relaciones, de acuerdo con un nuevo estudio, que puede ser el
primero en vincular genética, emociones y satisfacción marital.
Específicamente, los investigadores encontraron un vínculo entre el éxito en una relación y un gen variante conocido como 5-HTTLPR. Todos los humanos heredamos una copia de este gen de cada uno de sus padres. Los participantes en el estudio con dos genes 5-HTTLPR cortos resultaron ser los más infelices en sus matrimonios y manejaban emociones muy negativas como enojo y descontento. Por el contrario, aquellos con uno o dos genes largos eran mucho menos propensos a dejar que las emociones afectaran su matrimonio.
“Siempre hemos tratado de entender la receta para una buena relación y las emociones siguen siendo un ingrediente muy importante” declaró Levenson, quien encabeza el estudio longitudinal con 150 parejas casadas durante más de 20 años.
Los nuevos descubrimientos no sugieren que las personas con variaciones de 5-HTTLPR sean incompatibles, más bien sugiere que aquellos con dos genes cortos sufren más en una relación. Los resultados del estudio, en el que se analizaron los genotipos de más de 100 esposas, dejaron muy claro este fenómeno, de acuerdo con el especialista.
“Es muy claro que las personas con dos genes largos mantienen un control emocional en sus relaciones personales, lo que les permite ser exitosos a largo plazo con una pareja; pero ninguna variante es buena o mala, ambas tienen ventajas y desventajas”, declaró Claudia M. Haase, profesora asistente de desarrollo humano y políticas sociales de la Universidad del Noroeste.
Los participantes del estudio eran 156 parejas de mediana edad y adultos mayores, que Levenson y otros investigadores han estudiado desde 1989. Cada 5 años, las parejas tenían que ir a Berkeley a reportar su satisfacción marital e interactuar entre ellos en un laboratorio en donde los investigadores codificaban sus conversaciones basándose en expresiones faciales, lenguaje corporal, tono de voz y temas de discusión.
Recientemente, 125 de los participantes, proporcionaron muestras de ADN, y los investigadores clasificaron sus genotipo con sus niveles de satisfacción marital y sus interacciones emocionales reportadas en el laboratorio.
En las esposas con dos genes 5-HTTLPR cortos, lo que equivalió al 17% de las esposas estudiadas en el estudio, los investigadores encontraron una fuerte correlación entre el tono emocional y sus conversaciones sobre su matrimonio. Para el 83% de las esposas con uno o dos genes largos, su calidad emocional tenía poca o ninguna relación con su satisfacción marital a lo largo de una década.
La relación entre genes, emociones y satisfacción marital fue particularmente mayor en adultos mayores.
“Una explicación posible sobre este último descubrimiento podría ser que en la vejez somos más susceptibles a ser influenciados por nuestros genes”, declaró Levenson.
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