La suspensión parcial de las funciones del Ejecutivo federal de
EE.UU. conllevará pérdidas significativas para la economía del
país estimadas en unos 300 millones de dólares al día, según la
firma global de investigación de mercado IHS Inc.
Según publicó el portal Bloomberg, aunque
la cantidad de pérdidas prevista por IHS Inc. no parece ser tan
elevada en comparación con el volumen del PIB de EE.UU., que se
estima aproximadamente en 15.700 billones de dólares, su efecto
acumulativo se hará más fuerte cada día.
IHS Inc. estima
que su previsión de crecimiento económico del 2,2% para el cuarto
trimestre se reducirá un 0,2% en caso de que el cierre se prolongue
por una semana. Un cierre de más de 20 días, como el de 1995-1996,
podría reducir el crecimiento hasta el 1,4%, según opina Guy LeBas,
estratega jefe de la compañía de servicios financieros Janney
Montgomery Scott LLC, en Filadelfia.
"El gasto público
afecta a todos los aspectos de la economía y
la interrupción del gasto, además de causar la pérdida directa de
ingresos, amenaza con dañar la confianza de los inversores, de
manera que puede perjudicar seriamente el crecimiento económico",
dijo LeBas citado por Bloomberg.
Otros economistas
también se plantean que si esa paralización se prolonga, podría
empezar a afectar a la confianza de consumidores y empresas en
términos más generales y además agravar el déficit
presupuestario, publica Bloomberg. El presidente Barack
Obama expresó, por
su parte, que, el cese del financiamiento de las actividades del
Gobierno "arrojaría una llave en los engranajes de la economía
estadounidense".
La estimación de IHS Inc. es una de
las más pesimistas de todos los pronósticos acerca del impacto que
tendrá el cierre
parcial del Gobierno de EE.UU. en el sistema financiero del
país. Según los cálculos oficiales, las arcas públicas
estadounidenses van a sufrir pérdidas por valor de cerca de 1.000
millones de dólares a la semana debido a la falta de pago de los
salarios de unos 800.000 empleados, así como a los fallos en las
actividades de una serie de servicios federales.
La
última suspensión de actividades del Gobierno ocurrió en diciembre
y enero de 1995-1996 y se prolongó por un total de 28 días. Algunos
expertos opinan que si EE.UU. no
resuelve la situación, el país perderá su reputación crediticia.
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