1. Whatsapp es una red social. No se trata sólo de un servicio de mensajería instantánea, ya que permite enviar fotografías, video y hasta la ubicación de los usuarios. El peligro radica ahí, pues a diferencia de Twitter y Facebook, que están registradas como "redes sociales" y tienen que cumplir ciertas normas, Whatsapp carece de este control y los padres, así como las autoridades, pueden hacer poco para vigilar este medio.
2. Edad. Los niños están expuestos a compartir información confidencial por medio de Whatsapp, lo que los pone en riesgo a ellos y a sus familias. Un menor de edad resulta muy vulnerable a ser víctima de un cazador de información vía Whatsapp.
3. Inmediatez. La velocidad con la que viajan los datos, no da oportunidad a que los menores piensen bien en sus acciones. Por impulso o por mero efecto de la inmadurez, los niños o adolescentes pueden compartir imágenes comprometedoras o escribir algo de lo que después ya no tengan oportunidad de arrepentirse.
4. Nadie sabe a donde va lo que se comparte. No se sabe si Whatsapp guarda una copia de seguridad de todos los datos enviados y recibidos, es una de las características de seguridad que más se le reclama al servicio.
5. Facilita el acoso y el bullying. Aunque dependiendo el dispositivo con el que se cuente, se pueden activar algunos bloqueos a la información confidencial, los niños pueden no estar conscientes de esto o no darles la importancia necesaria. Por lo que desde el principio, aquellos que piensan hostigarlos vía Whatsapp, tienen todas las herramientas que requieren, la foto del menor, analizar sus hábitos y hasta saber su localización exacta.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante para mi. Gracias por seguirme.