Estas subastas sirven para fijar el coste de la energía dentro de la TUR y tienen un peso algo inferior al 50% sobre la tarifa final. La otra parte del recibo la determina el Gobierno y recoge los costes regulados del sistema eléctrico, conocidos como peajes. En esta ocasión, el Ejecutivo ha decidido congelarlos.
Tras esta subida, el año se habrá saldado con cuatro incrementos del recibo, incluidos los del 3% en enero, del 1,2% en julio y del 3,2% en agosto, y con una única pero significativa bajada, del 6%, en abril. El Gobierno calcula que, sin incluir la nueva subida de octubre, la tarifa se ha encarecido un 8% desde enero de 2012.
El mercado mayorista de electricidad habían llegado a la subasta con precios estables, de 47,5 euros frente a 47,95 euros por MWh hace tres meses.
Los ajustes incluyen partidas como los pagos por capacidad o el decreto del carbón, que se cargan sobre el precio del mercado, pese a su carácter regulado. Estos sobre costes se calculan con respecto a unos indicadores que se definen en el mismo trimestre del ejercicio anterior y que se aplican a un año vista.
Estos costes adicionales provocan que el resultado final de una subasta que en un primer momento podría considerarse plana o incluso a la baja termine con subidas de hasta el 7%, lo que implicaría un encarecimiento del 3,9% en el término variable, o de entre el 2,5% y el 3% en el recibo.
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