La misión, que para que fuera exitosa requería del salto de una verja, terminó en un soberano ridículo y teniendo que llamar a los servicios de emergencias puesto que se quedó colgando de dicha verja y lo que es peor, se le clavó en un pie.
Según los servicios de emergencia que le atendieron y le liberaron, estaba con buen ánimo y sin mucho dolor, al parecer, por los efectos del alcohol.
A partir de ahora se lo pensará mucho mejor cuando los porteros de los garitos no le dejen pasar.
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