Fue internado en un hospital psiquiátrico el intérprete de lenguaje de
signos que tradujo las intervenciones de los jefes de Estado durante el
servicio religioso del expresidente sudafricano.
La Federación de Sordos de Sudáfrica lo había acusado de ser un "falso" intérprete. Además, estuvo acusado de homicido, aunque él dijo ser "campeón mundial de lenguaje de señas".