El presidente de la CEOE, Juan Rosell, es un empresario catalán, de
signo muy conservador por sus orígenes familiares (industria textil y
banca), con convicción intelectual acusadamente liberal –Hayek es uno de
sus principales puntos de referencia– y ha sido muchos años presidente
del Foment, la patronal catalana, donde fue un apreciado colaborador de
Alfredo Molinas, el líder que, diversificando apoyos en una hábil
campaña, contribuyó a que en las primeras elecciones catalanas, las de
1980, no hubiera –contra lo que predecían las encuestas– mayoría
‘frentepopulista’, de la posible alianza del PSC y el PSUC (partido de
los eurocomunistas catalanes).