Hay una gran variación en la cantidad de cafeína de taza a taza y también hay una gran diferencia de consumo entre los jóvenes y los adultos mayores. Los universitarios toman mucho más café que alguien retirado. El estudio afirma que el café es malo para la gente joven pero no encontró una asociación entre el café y los perjuicios a la salud cuando tomaron la muestra como un todo y no dividida entre gente joven y mayor. Además no profundizaron en qué condiciones son las que afectan a los jóvenes que toman mucho café.
Una de las razones del estudio para asociar daños a la salud en los jóvenes por beber café, es que las personas mayores han vivido más, lo que demuestra que son fuertes.
El estudio considera otras diferencias potenciales entre bebedores de café que podrían afectar el vínculo, como que la gente que bebe café también es más propensa a fumar, o tiene presión sanguínea alta.
Los autores no presentan ningún dato descriptivo en su ensayo que divida la muestra completa en rangos de edad.
Tampoco se especifica qué dosis de café aumentan el riesgo de muerte, las conclusiones del estudio sólo sugieren que es para niveles extremos de consumo.
Los datos son poco consistentes por lo que dicho estudio no es razón para dejar de tomar café.
