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lunes, 30 de diciembre de 2013
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El carbón podría volver a ser el combustible más empleado y el Ministro Soria cerrando Minas.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que para los años 2015-2016 el carbón puede volver a ser la principal fuente de energía, algo que evidentemente no tendría un impacto muy positivo en el cambio climático.
jueves, 19 de diciembre de 2013
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¿Qué tipo de combustible sustituirá al petróleo?
Los científicos insisten en que las reservas mundiales de petróleo no son eternas y en que hay que buscar alternativas. ¿Qué puede sustituir al oro negro?
miércoles, 16 de octubre de 2013
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EN EL 2020 EL CARBÓN SERÁ EL PRINCIPAL COMBUSTIBLE MUNDIAL
El combustible más consumido en el mundo a partir de 2020 será el carbón, señala William Durbin, director del Departamento de Mercados de Wood Mackenzie, en un estudio llevado a cabo por el grupo de investigación de la consultora energética.
sábado, 24 de agosto de 2013
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UN LABORATORIO TRABAJA PARA CREAR UN COMBUSTIBLE A BASE DE AGUA Y SOL
Parece magia, una ficción extravagante, un sueño californiano. Sin embargo, los científicos trabajan arduamente en una nueva alquimia: producir combustible para autos -gasolina sintética- a partir de poco más que agua y sol.
Imitando la forma en que las plantas convierten la luz solar y el dióxido de carbono del aire en energía y oxígeno, el Centro Conjunto de Fotosíntesis Artificial del Instituto de Tecnología de California busca superar a la naturaleza y frenar el calentamiento global. Nate Lewis, profesor de Caltech y estrella de la investigación en energía solar, tiene un plan para transformar el combustible tal como lo conocemos.
“Si no pudiésemos llegar a eso, no lo estaríamos haciendo”, dijo Lewis en una entrevista el mes pasado.
Este esfuerzo está respaldado por US$ 122 millones de fondos del Departamento de Energía de EE.UU. y reúne el talento de 120 científicos de Caltech, la Universidad de Stanford, la Universidad de California en Berkeley, Irvine y San Diego y el Laboratorio Lawrence Berkeley. Nada, igual que España.
Se trata de otra revolución de la industria automotriz mundial que se remonta al siglo XIX y se suma a los trenes motrices eléctricos, los vehículos que se manejan solos y los autos que se arriendan por hora.
Hace unos pocos años, los autos totalmente eléctricos también parecían una fantasía. Ahora, Tesla Motors (del empresario norteamericano Elon Musk), que fabrica solamente vehículos a batería, tiene un valor de mercado más alto que algunas automotoras a la antigua, como Suzuki y Fiat.
El cambio en dos saltos
Para revolucionar el combustible para transporte, Lewis tiene un plan de dos pasos. En realidad, de dos saltos.
Primero, la coalición apunta a desarrollar un sistema para fabricar grandes cantidades de combustible de hidrógeno usando dispositivos de bajo costo similares a los paneles solares. El hidrógeno líquido o gaseoso, que puede ser la fuente de energía de los autos con celdas de combustible superlimpio, se necesita para las plantas químicas y las refinerías.
Luego viene el segundo salto: aplicar esta misma investigación al sistema que puede combinar el combustible de hidrógeno con el dióxido de carbono del aire, tal como lo hace una planta, para producir combustibles líquidos que alimenten a los autos, los camiones pesados, los barcos o los aviones.
No será fácil, rápido ni barato obtener la gasolina sintética y libre de carbono. Los laboratorios de investigación de todo el mundo buscan con sumo interés alternativas al petróleo. Algunos son esfuerzos privados; otros tienen financiamiento de gobiernos. Mientras que algunos tratan de elaborar combustible a partir de algas, maíz u otros cultivos, Lewis sostiene que esas soluciones requieren demasiada agua o tierra, que serán necesarias para la producción de alimentos.
La urgencia por aumentar las fuentes de energía de bajo carbono se ha intensificado en tanto las condiciones meteorológicas extremas se suman a la preocupación de que los gases que atrapan el calor en la atmósfera estén haciendo de la Tierra un planeta menos hospitalario.
“Si no pudiésemos llegar a eso, no lo estaríamos haciendo”, dijo Lewis en una entrevista el mes pasado.
Este esfuerzo está respaldado por US$ 122 millones de fondos del Departamento de Energía de EE.UU. y reúne el talento de 120 científicos de Caltech, la Universidad de Stanford, la Universidad de California en Berkeley, Irvine y San Diego y el Laboratorio Lawrence Berkeley. Nada, igual que España.
Se trata de otra revolución de la industria automotriz mundial que se remonta al siglo XIX y se suma a los trenes motrices eléctricos, los vehículos que se manejan solos y los autos que se arriendan por hora.
Hace unos pocos años, los autos totalmente eléctricos también parecían una fantasía. Ahora, Tesla Motors (del empresario norteamericano Elon Musk), que fabrica solamente vehículos a batería, tiene un valor de mercado más alto que algunas automotoras a la antigua, como Suzuki y Fiat.
Para revolucionar el combustible para transporte, Lewis tiene un plan de dos pasos. En realidad, de dos saltos.
Primero, la coalición apunta a desarrollar un sistema para fabricar grandes cantidades de combustible de hidrógeno usando dispositivos de bajo costo similares a los paneles solares. El hidrógeno líquido o gaseoso, que puede ser la fuente de energía de los autos con celdas de combustible superlimpio, se necesita para las plantas químicas y las refinerías.
Luego viene el segundo salto: aplicar esta misma investigación al sistema que puede combinar el combustible de hidrógeno con el dióxido de carbono del aire, tal como lo hace una planta, para producir combustibles líquidos que alimenten a los autos, los camiones pesados, los barcos o los aviones.
No será fácil, rápido ni barato obtener la gasolina sintética y libre de carbono. Los laboratorios de investigación de todo el mundo buscan con sumo interés alternativas al petróleo. Algunos son esfuerzos privados; otros tienen financiamiento de gobiernos. Mientras que algunos tratan de elaborar combustible a partir de algas, maíz u otros cultivos, Lewis sostiene que esas soluciones requieren demasiada agua o tierra, que serán necesarias para la producción de alimentos.
La urgencia por aumentar las fuentes de energía de bajo carbono se ha intensificado en tanto las condiciones meteorológicas extremas se suman a la preocupación de que los gases que atrapan el calor en la atmósfera estén haciendo de la Tierra un planeta menos hospitalario.
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